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Aplicaciones del biofeedback en el deporte.

ffebsissssAplicaciones del biofeedback en el deporte. Por Dr. Francisco Enrique García Ucha. Los antecedentes del desarrollo biofeedback del tienen por bases aspectos relacionados a la concepciones cuerpo mente, a los principios del aprendizaje, a los avances de la neurofisiología en el establecimiento del funcionamiento e ínter vinculación del sistema nervioso autónomo y el sistema nervioso central. De manera, que fue necesario tener un amplio sistema referencial fruto de la síntesis de varias corrientes del pensamiento científico para poder construir las bases para el desarrollo de las ideas en este tema e incluso lograr explicar lo que ya se había avanzado técnicamente. El aporte del aprendizaje señalan Davidson y Krippner (1972) que el aprendizaje instrumental es aplicable a las respuestas esqueléticas mediadas por el sistema nervioso central o cerebroespinal superior, y que, por el contrario, el condicionamiento clásico es el único procedimiento disponible para las respuestas viscerales, emocionales «inferiores», supuestamente involuntarias y que son mediadas por el sistema nervioso autónomo. Por tanto si poseemos la información necesaria por medio de estos enfoques podemos lograr respuestas eficaces a la actuación en diferentes contextos. Al igual que otros temas en psicología esta posición continúa siendo motivo de polémica, no obstante Neal Millar, arguye que existe un único tipo de aprendizaje del que las dos formas mantenidas clásicamente son solo manifestaciones bajo condiciones específicas. Para Carrobles, en 1991, Este tipo de razonamiento y de investigaciones tiene mucho que ver con el origen formal, unos años más tarde del Biofeedback (Citado por Berenice Loeza Quiñones y Melissa Mora Brito) Se puede ilustrar un conjunto de actividades sobre la forma en que una persona puede influir de manera consciente y voluntaria en muchos parámetros psicofisiológicos y en proceso de tipo metabólico o en las respuestas de los grandes sistemas funcionales como lo es el cardiorrespiratorio. Estas experiencias se remontan al conocimiento de la influencia de la meditación sobre los ritmos cerebrales o de la visualización. Las ondas eléctricas cerebrales alfa (8-12 Hz) están asociadas con la relajación (Kamiya, 1968) y las theta (4-7 Hz) se está sugiriendo particularmente que reflejan un estado emocional positivo. (Aftanas & Golocheikine, 2001). Peniston y Kulkosky (1990) hallaron que alpha/theta mediante el feedback, pueden combinarse con otros tratamientos para incrementar grados de relajamiento. Del mismo modo se emplean en proceso de neurofisiología de lesiones y enfermedades, todo esto vinculado al estudio de los efectos que el pensamiento positivo tiene de beneficioso para la recuperación de la salud. Como enfatiza Seligman desde su Psicología Positiva una postura optimista logra modificaciones importantes en el fortalecimiento del sistema inmunológico. Una expresión clara de todo lo que podemos hacer utilizando nuestra mente se resume en las experiencias relativas a las técnicas de relajación, destacándose en ellas Schultz con «el entrenamiento autógeno» y Jacobson con la «relajación progresiva, y en la actualidad Benson. En la comprobación de los efectos de la relajación se utilizaron algunos dispositivos que registraban la actividad muscular y otras variables psicofisiológicas. Esta información que inicialmente perseguía el conocimiento de los efectos se pudo emplear posteriormente como una información útil para la autorregulación de estas funciones. En esta dirección trabajó Fardel y Iarminski en la antigua Unión Soviética y en Suecia trabajaron Gunnar Borg y uno de mis maestros Lars Erick Unestahl. De igual modo, Shapiro, 1982. En suma, Una persona puede, bajo las condiciones de entrenamiento apropiadas, aprender a controlar instrumentalmente una gran variedad de funciones corporales con tal de que sea posible obtener un registro de las mismas que permita al sujeto conocer acerca de su estado y evolución. (Berenice Loeza Quiñones y Melissa Mora Brito) En 1968 se efectuó una de las primeras reuniones en pos de la institucionalización del empleo del biofeedback en Santa Mónica California. En esta reunión se acuñó o al menos se formalizó, el empleo del término «Biofeedback» para designar tanto a la técnica o procedimiento en sí como al campo de investigaciones y aplicaciones prácticas del mismo. Posteriormente, en 1976, la «Sociedad para la investigación en Biofeedback» cambió su nombre por el de «Sociedad Americana de Biofeedback». En el mismo sentido en el año de 1977 se fundó la «Asociación  Americana de Terapeutas en Biofeedback». Quizás una de las fuentes más importantes de consulta resulte la revista: Applied Psychophysiology and Biofeedback. En el deporte se comenzó por los antiguos soviéticos, entre otros, a aplicar intensamente. Ellos estudiaron potenciales cerebrales evocados en deportistas como respuestas a las cargas de entrenamiento y competencia. Los estudios abarcaron direcciones como: la posibilidad de control de la actividad EEG cerebral, la actividad eléctrica de la piel, y más específicamente, en la respuesta dermo-galvánica o resistencia eléctrica de la piel como indicador del grado de tensión nerviosa del deportistas y la posibilidad de modificación de la misma en por medio del condicionamiento instrumental además la actividad neuro-muscular. Por medio de un polígrafo registramos la resistencia eléctrica de la piel en deportista a finales de los años 70 evocando un listado de palabras algunas de las cuales estaban relacionadas con la actividad competitiva comprobando las variaciones que tenían lugar de acuerdo con el impacto subjetivo de dichas palabras. Fue una experiencia inicial que después se pudo traducir en un sistema de intervención en al década de los 90. El empleo del biofeedback en el deporte está vinculado a varias direcciones de trabajo: La estimulación del desarrollo muscular. Control de las respuestas de las variables autónomas. Control de la ansiedad pre-competitiva. Mantener el foco de la atención. En busca de estados emocionales positivos. Discriminación del momento óptimo de rendimiento en algunos deportes. Elevando la recuperación a las cargas de entrenamiento y competencia. Tolerar el dolor y el disconfort. Todas estas aplicaciones tienen como meta fundamental el aseguramiento del incremento del grado de alto rendimiento. El biofeedback es aplicado con éxito en  rehabilitación de lesiones deportivas. Bibliografía a consultar: Aftanas, L. I., & Golocheikine, S. A. (2001). Human anterior and frontal midline theta and lower alpha reflect emotionally positive state and internalised attention: High-resolution EEG investigation of meditation. Neuroscience Letters, 310, 57-60. Bessel, J., & Gevirtz, R. (1998). 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