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Las lesiones en el pitcher

lesionLas lesiones en el pitcher.
Por: Dr. Francisco García Ucha y Ms C. Osvaldo León Bravo.
En las competencias de alto rendimiento resulta evidente que existe un aumento considerable del número de lesiones en los deportistas.
Esta es una tendencia que incluso se viene destacando desde el período de preparación para competencias de elevado significado como juegos olímpicos y campeonatos mundiales.
Las causas más gruesas y observables son los requerimientos del proceso de entrenamiento deportivo con vistas a alcanzar resultados que cada vez se aproximan más a los límites humanos.
Lograrlo conlleva en la actualidad a una mayor intensidad, volumen y frecuencia de las sesiones de entrenamiento.
La tendencia es tan fuerte en este sentido que aquellos factores que se consideraban mediadores de la aparición de lesiones, como el sobreuso y hasta las variables psicológicas que caracterizan al deportista, pierden en algunos casos la significación con que eran tomadas, debido a que los esfuerzos son extraordinarios y los requerimientos muy elevados.
El gasto energético constante por parte de los deportistas en el cumplimiento de las tareas demanda una cantidad de acciones tendientes a garantizar su recuperación y aseguramiento cada vez superiores con vistas a evitar las lesiones.
Otro factor consiste en la correcta organización en la utilización de los deportistas en las competencias acorde con la posición que ocupan en cada disciplina.
En el caso del béisbol considerar el manejo de los pitcher en las competencias puede resultar un medio para evitar los daños que con frecuencia aparecen en el hombro, fruto de su excesiva utilización.
Pensemos que para muchos expertos en béisbol la labor del pitcher es consecuencia en un poco más del 90% del éxito del equipo.
Hay lanzadores que se clasifican como abridores y otros como relevistas. Si existe la tendencia a colocar siempre a los mismos estaremos saturando de actividad a unos sobre otros.
Los directores técnicos de los equipos deben considerar poner en juego la mayor cantidad de pitcher disponibles a fin de no ocasionar riesgos de lesiones tanto a los noveles como a los que están en período de alcanzar su mejor ejecución.
Es frecuente que por garantizar los resultados de un partido se empleen aquellos que el entrenador considera pueden asegurar el rendimiento y las posibilidades para quienes no han alcanzado aún un grado superior de excelencia sean menores.
Esto que parece una estrategia segura para obtener el éxito aumenta considerablemente el riesgo de lesión en los lanzadores que más se utilizan durante la campaña y al final es una posible pérdida como consecuencia de la lesión.
Y en el mejor de los casos pasan por períodos largos de recuperación.
¿Cuántos lanzamientos deben hacer un pitcher en un inning, un juego o una semana?
Y luego que sepamos, o sea ya conocido ¿hasta dónde se corren los riesgos de traspasar los límites?
Por más que hemos avanzado en las técnicas médicas de recuperación de lesiones estas dejan huellas imborrables en la subjetividad del deportista que se convierten en barreras para alcanzar los mismos grados de rendimientos anteriores.
Y a pesar de que las intervenciones psicológicas también han evolucionado en remover tales limitaciones subjetivas, no deja de ser un trabajo arduo y a veces a largo plazo.
Ocupar la posición del pitcher es una cosa frágil, y con frecuencia es difícil comprenderlo.
Los entrenadores en el mundo a menudo se concentran en las victorias y derrotas y no en la preservación de sus lanzadores, aunque mientras más intensa sea su actividad crecen de manera acelerada las posibilidades de terminar prematuramente con sus carreras.
Se requieren estudios bien cuantificados sobre el número de lesiones, condiciones de aparición, relación con el tiempo de juego y la complejidad de las mismas.
Factores como deficiencias biomecánicas en la ejecución, pobre entrenamiento, calentamiento no óptimo, contracciones musculares innecesarias y la pobre especialización para determinar por medio de los umbrales del dolor el grado de riesgo a la lesión se ha visto como causas iniciadoras del camino hacia la lesión.
Es necesario tener una concepción en sistema del lanzamiento que contemple un entrenamiento integral. Una preparación cuerpo, brazo y mecanismo de lanzamiento resulta de especial significado para lograr la estabilidad y mantener al pitcher saludable.
El lanzamiento visto como sistema tiene diferentes momentos con los cuales se puede conformar un protocolo que va desde lo físico a lo mental sin que ambos aspectos estén separados de principio a fin.
La fuerza empleada, la regulación del movimiento mediante el programa mental de la acción, la habilidad, la técnica y el pensamiento mediado por los sentimientos y la emoción llevarán a los máximos rendimientos.
El deporte avanza por la senda de la ciencia y la tecnología de punta.
El análisis computadorizado tridimensional para captar el lanzamiento junto al registro de las vivencias psicológicas del pítcher es información esencial al trazado del plan de entrenamiento.
El desarrollo como indicador de progreso se basa en la complejidad de los procesos y los medios técnicos.
La complejidad está presente también en el desarrollo progresivo para alcanzar grados superiores de rendimiento en el deporte.
Saludos:
Dr. Francisco Enrique García Ucha