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Sobre el Reforzamiento Positivo

Por Fraancisco Enrique García Ucha.
A continuación estoy exponiendo una discusión sostenida debido a que en una conferencia me manifesté en el sentido de que no hay una intervención psicológica que pueda resolver al 100% los problemas que presenta el deportista.
Fui replicado por un participante, quien manifestó:
«La creencia de que el reforzamiento positivo es un procedimiento de intervención psicológica 100 por ciento positivo e investigado hace más de 50 años».
Mi respuesta fue:
Ante todo el planteamiento anterior mío acerca de algunas limitaciones de las intervenciones psicológicas surge como una alternativa a un señalamiento previo desarrollado por mi en que exponía que las intervenciones psicológicas quizás ocupan un 10 %, por decir una cifra señalada en estudios de meta análisis realizados por Karasu, T. B. (1986), Smith y colaboradores (1980) y Landman y colaboradores (1982), de lo que ocurre en el proceso de cambio de una persona. Y que lo más importante eran las características del deportista y la personalidad del Psicólogo del deporte.
Se discute mucho en psicología y psicoterapia el tema de la influencia de las intervenciones psicológicas. Se sabe de forma empírica que un psicoanalista logra resultados similares a los obtenidos por un neoconductivista, por un gestaltista, por un cognitivista.
Es como si todo sirve para todo. No cabe la menor duda que cada una de estas terapias pueden actuar a un nivel determinado de la personalidad y regular en ese nivel las manifestaciones y expresiones inadecuadas de la personalidad en su interacción con el medio.
Incluso hay un trabajo muy interesante presentado por Roland Seiler. «Performance Enhancement- A Psychological Approach» en Sport science review. Vol. 1 N. 2 1992, p. 29-45. En que este autor recoge los criterios de varios destacados investigadores en Psicología del deporte sobre las técnicas o intervenciones que ellos consideran mas efectivas, incluso presenta a cuatro autores en la tabla 2 del articulo y por simple inspección se puede analizar que hay diferencias notables en el orden de importancia de las técnicas seleccionadas y los cambios de una a otra. Entre las conclusiones que establece Seiler, esta denotar las diferencias tan marcadas en el empleo de las intervenciones dentro de la literatura en psicología del deporte.
Todo esto va apuntando el carácter empírico en la selección de la intervención por parte del psicólogo.
La tendencia a advertir que la intervención ocupa un segundo o tercer plano también lo encontramos en la psicología clínica o la Psicopatología. Podemos ver el trabajo de E. A. Gómez. Psicoterapias psicodinámicas y conductual: Un intento de integración. Publicado en la Revista de Psicopatología vol. 11 – N. 3 de julio septiembre de 1991. Madrid.
Allí Gómez nos pone sobre un aspecto del cambio, señalando que la investigación en este campo esta demostrando que el éxito de la psicoterapia depende no de la técnica, sino de las características del paciente y de las cualidades personales del terapeuta.
Algunos me dirán y esto que tiene que ver con el deporte. Bueno es simple, muchas de la técnicas de intervención en Psicología Clínica son empleadas en el deporte, aun cuando su investigación no se ha efectuado a profundidad dentro del propio deporte y solo cuentan con el aval de que se reconoce que son útiles en el campo de la Psicología clínica. Aunque no podemos compara al deportista con un paciente psiquiátrico, el problema en parte sigue siendo el mismo. Es el problema de la modificación, de la regulación, del cambio. Del cambio de conducta, de creencia, de sentimiento o de emoción, pero el cambio.
Todo esto nos lleva directamente a dos factores de mayor importancia que la técnica. Las características del deportista y la personalidad del psicólogo del deporte, como señalaba.
Hasta nos ayuda la aseveración del Dr. Fernando González Rey en su libro «Problemas epistemológicos de la psicología». De la Editorial Academia. La Habana 1996, en la pagina 10 plantea.
«Sin embargo, ¿puede ser la psicoterapia un criterio para avalar la objetividad de un sistema teórico en psicología? Pensamos que de ninguna manera, pues en el proceso psicoterapeútico el éxito depende más de la comunicación establecida y de la habilidad del terapeuta para ello, que de las acciones resultantes de la aplicación «ortodoxa» de una u otra teoría…»
Alguno me dirá pero hay investigaciones hechas sobre el reforzamiento o la retroalimentación positiva. Claro.
Y estas investigaciones también señalan las insuficiencias de la retroalimentación positiva, por si misma.
Veamos el magnifico libro de H. Valdes Casal, Personalidad, Actividad Física y Deporte. Editado por Kinesis en 1996 y su versión aumentada y corregida editada por INDE Personalidad y Deporte.
Este magnifico psicólogo del deporte hace una revisión de las investigaciones sobre retroalimentación positiva y encontró los trabajos de Horn, T. (1987), en que este investigador señala que «mas que la cantidad de retroalimentación positiva y negativa, lo importante es que sea contingente a la obtención de una meta; apropiada al nivel de ejecución logrado y a las atribuciones del atleta en relación con el control personal de su realización».
Continúa Valdés Casal. «Inspirados en la teoría de Harter, respecto a la competencia percibida como motivación, también han sido realizados estudios importantes.
«La influencia de los entrenadores en la motivación atlética  ha sido explorada desde este marco teórico.
«Horn, T. (1985) ha mostrado cómo aquellos que fueron o no reforzados verbalmente con frecuencia por el entrenador puntearon mas bajo en la auto evaluación de la propia maestría que aquellos que fueron frecuentemente criticados. En realidad el criticismo fue contingente con la buena ejecución real y no así el reforzamiento positivo.
Aquí en el libro se continua analizando el tema, solo citare un párrafo mas.
Señala H. Valdés que Horn y Hasbrook (1987) en un estudio con niños de 10 a 14 años encontraron que los que se perciben competentes y tienen un sentido de control interno identifican el incremento de sus habilidades y la comparación con sus compañeros como las fuentes preferidas de información. Los que puntean bajos en dichas características utilizan más la evaluación de sus padres y maestros.
Qué les parece, a veces, el sentido común nos lleva a pensar en cosas que la investigación rigurosa nos demuestra resultan mas complejas.
Este tema desde luego puede ser aun respaldado por otros trabajos ya elaborados por nosotros, que en caso necesario llevaría a la lista.
Terminemos por ahora con el pensamiento de un poeta cubano. José Lezama Lima, para quienes durante los años 40 o 50 fueron indiferentes a su obra y luego mostraron su admiración (entiéndase retroalimentación positiva en grado superlativo cuando se refiere a admiración.).
«Si andamos diez años con vuestra indiferencia (dice en 1954) no nos regalen ahora, se lo suplicamos, el fruto fétido de su admiración. Les damos las gracias, pero preferimos decisivamente vuestra indiferencia. La indiferencia nos fue muy útil, con la admiración, no sabríamos qué hacer. A todos nos confundiría, pues nada mas nocivo que una admiración viciada de raíz. Estáis incapacitados vitalmente para admirar. Representáis el nihil admirari, escudo de las más viejas decadencias. Habéis hecho la casa con material deleznable, plomada para el simio y piedra de infiernillo. Y si pasean enloquecidos dentro de sus muros, ya no podrán admirar al perro que les roza moviendo su cola incomprensible».
Un análisis de contenido nos brindara toda la trama de los que se puede hacer o no con la retroalimentación positiva.
Saludos
Francisco Enreique García Ucha