Por Francisco Enrique García Ucha.
Me dedico a estudiar los proceso afectivos y la motivación, desde hace tres décadas: Las vivencias afectivas, el estado de animo, los estados de tensión, sentimientos, el tono afectivos, las emociones y un componente de la personalidad representado por la estructura funcional de la motivación.
No fue una inclinación personal. Lo que me llevó a esta línea de investigación, es un sentido de utilidad, debido a que es evidente que deportistas con pocos recursos económicos logran los resultados de deportistas del mundo desarrollado, ya que movilizaban las reservas afectivas que los caracterizan. Aun cuando hoy todos le brindan atención al tema de los valores, los sentimientos y las habilidades de control de la acción.
En mis estudios desde el inicio encontré a veces formas que considero simplistas para el estudio de la motivación y todo lo que rodea esta categoría. Se señalaba que los resultados eran representados por una formula:
Motivación + habilidad = rendimiento.
Las formulas no fueron abandonadas. Aun hoy para algunos la variable motivación que es importante para despejar la formula de rendimiento se debe a otras categorías como habilidad + deseo+…
En realidad el deseo tras muchas cavilaciones se define como la expresión emocional de la motivación.
Como se señala por algunos especialistas, hay muchas formulas relacionadas con el tema.
La formula pudiera incluir como rotulan otros con: la voluntad, la capacidad de establecer estrategias eficaces derivadas de la inteligencia emocional, de la capacidad de resistir la adversidad.
Pienso que casi todo puede ser incluido, hasta la categoría subjetividad que adquiere desde hace un periodo un lugar preponderante en el ámbito teórico, metodológico y de aplicación práctica de la psicología actual.
Hace semanas dando una conferencia a alumnos de pre grado de nuestra Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte, comentaba como otros especialistas que todo lo que se instala en nuestra mente en un 100% se cumple como tendencia. Sean pensamientos negativos o positivos.
Y le explicaba que la mejor forma de llegar era ser un deportista 110%. Irse por encima de ese 100%.
Al final, un participante preguntó como se podría conseguir un deportista 110%.
Mi respuesta, es acudiendo a sus sentimientos más profundos, a sus valores, a aquello a lo que estamos comprometidos de vida o muerte. Sin otra alternativa. O nos imponemos os e imponen sobre nosotros.
El resultado olímpico es siempre un acto heroico aun cuando sea fruto de una conformación genética excepcional.
Estudiar el acto heroico es una fuente importante de conocimiento e inspiración para los que preparan deportistas para una Olimpiada.
La historia de la humanidad esta llena de esos ejemplos y hasta las tiras cómicas demuestran que uno puede ir más allá del límite.
Hay un film cómico cubano que se llama Vampiros en La Habana. Una película deliciosa para tener un momento de humor. Son vampiros que buscan una formula para transitar durante horas de luz. Un joven vive con su tío, uno de los vampiros enmascarados en horas de luz gracias a la formula del Vampisol. El sobrino preocupado pregunta: ¿qué ocurre con ir y venir de personas extrañas? El tío se resigna ha hacer la historia. – Sobrino somos vampiros. El joven niega la propuesta a la cual le tiene el pánico de un mundo siniestro. El tío repite, repite con énfasis: – Eres vampiro. Tras una interiorización rápida de pronto el joven pone sus manos en forma de garras y grita con emoción. – Soy vampiro, tío. Soy vampiro.
Aquí podemos incluir el concepto de creencia como una variable más. Aunque por si solo no resuelve la complejidad del problema, que incluso abarca, según muchas observaciones hasta intensas motivaciones inconscientes.
Como decían mis profesores llévalo, de tarea para la casa.
Me parece recordar a algunos de mis deportistas.
Soy deportista 110 %. Soy la diferencia. Soy más. Soy 110%.
Es un fenómeno que no puede encontrarse en una formula. Es darle un sentido personal a la existencia, es compromiso, son valores y el deseo de competir por ellos. Es algo que no pueden comprender otros pero que solo tú sabes.
Orlick, -un referente para mí- dice, ¿A quién le puede interesarle el triple salto mortal? Le interesa a uno. Tiene un significado personal.
Mencionó a Orlick textualmente: «Puede no hacer ninguna diferencia para cualquier otro, pero hace una diferencia para mí. Era importante para mí y eso era suficiente. Era una especie de «asunto» que muy pocos habían logrado antes».
Somos seres excepcionales que durante siglos asombramos a quienes nos acompañan de nuestras propias acciones.
Buscar estos disparadores internos y ponerlos a funcionar pueden contribuir a ejecuciones excepcionales.
Intervenciones de tercera generación como Mindfulness Meditation se están aplicando al deporte elite con los propósitos anteriores. Vuelvo a Orlick: Aún así, los altos niveles de ejecución y excelencia en cualquier área no «vienen fácilmente». El camino es duro y por pasos. Hay numerosos obstáculos y barreras con las que probar fuerzas. Volverse una persona altamente capaz (hábil) en cualquier campo: el deporte, el arte, la cirugía, la ciencia, ser escritor, enseñar o ser padre, demanda dedicación y sacrificios. Las más altas barreras que enfrentamos en nuestra búsqueda de la excelencia son barreras psicológicas que nos imponemos a nosotros mismos, a veces sin saberlo.
Cuestión adicional, no hablo de rendimientos. Eso es un tema más complejo. Llegará el momento de hablar sobre ello. Puntualizo la presencia de los mediadores para lograr la excelencia mediante este estado de excepcional.
Hablo de posibilidad real, algo diferente a posibilidad formal.
Saludos.
Dr. Francisco Enrique García Ucha