Saltar al contenido

El Entrenador y el Deportista: Interdependencia.

engrenador interdepenceiaPor: Dr. Francisco Enrique García Ucha.
Una característica de singular importancia de la relación entrenador deportista es su intensa interdependencia. Diría más: “hiper dependencia”. Expresada en que en el hecho que los objetivos y la actuación de uno dependen estrechamente del otro. La corriente de influencia de uno sobre el otro esta inter vinculada. Influye tanto el entrenador sobre el deportista como el deportista sobre el entrenador.
La interdependencia se expresa tanto en que se inter vinculan en la interacción social, la cooperación y la colaboración. En el caudal de emociones, sentimientos y motivaciones. La satisfacción de necesidades y también en el comportamiento.
El entrenador como experto, aparte de adiestrar y entrenar al deportista, propone las metas para el entrenamiento y las competencias y estas deben ser realizables y a la vez difíciles, construyen el tejido de la motivación del deportista para entrenamientos y competencias. Las metas propuestas por el entrenador en muchos casos llevan la influencia sobre que tiene de las valoraciones que hace de las formaciones de personalidad del deportista, sus capacidades e historia deportiva. El grado de subjetividad con que el entrenador elabore estas metas que a la vez son pronósticos de rendimientos, puede estar más próximas o lejanas de lo que objetivamente es el deportista. Si están lejos de la realidad, el grado de riesgo de derrotas y de vivencias de fracaso es muy grande, por ejemplo ocurre con frecuencia en la etapa en que grandes campeones comienzan a declinar sus rendimientos fruto del propio proceso de regresión del organismo y no se han percatado de esta circunstancia. Estos campeones aun tienen el halo de sus resultados anteriores y tanto el entrenador como la organización deportiva y los fanáticos esperan un nuevo logro, que no va a llegar. Incluso hasta el deportista, a menudo cree que va a seguir en lo alto o romper el “techo” de sus resultados, cuando ya esto no es posible.
De igual modo, cuando un deportista talentoso ha tenido elevados rendimientos en un nivel de rendimiento y pasa a un nivel superior. O enfrenta una competencia de mayor rigor a la cual no había estado expuesto.
Por estos riesgos, es siempre necesario que el entrenador supervise con sus asesores las metas de rendimiento y otras que cuestiones que vaya a proponer al deportista. En esta dirección se requiere que haga el esfuerzo de escuchar y comprender los consejos que se les brinda. Hay momentos que es necesario luchar contra la resistencia a comprender que no es posible llevar al deportista a determinadas cotas de rendimiento.
El entrenador es la persona que más influencia tiene sobre el deportista y a la vez el deportista influye sobre el entrenador en sus decisiones y apreciaciones y el entrenador debe estar atento al impacto de las manifestaciones de la conducta y la personalidad del deportista.
Las relaciones de interdependencia entrenador deportista, por su intensidad facilitan que cualquier conflicto adquiera en su primera fase un gran significado, para ambos o cualquiera de los dos. La intensidad emocional alcanza hasta a modificar los sentimientos del deportista y / o el entrenador.
Desde el momento en que se forma el binomio entrenador deportista resulta evidente el grado de compatibilidad entre ambos, la cual depende de un juego dinámico de características. Estas se irán modificando, fortaleciéndose o debilitándose e incluso van a ser causa de la estabilidad o no de la relación.
Todas las tendencias halladas en las investigaciones sobre grupos pequeños obtenidas en diferentes esferas de la actividad o en el propio deporte serán consideradas aquí por el psicólogo o por el propio entrenador para regular el desarrollo de la relación con el deportista. En todos los casos, ambas personalidades deben de modular sus reacciones, sentimientos, voluntad, estilo de aprendizaje y toma de decisiones, en consonancia uno del otro, por ejemplo la persona optimista y la pesimista, constituyen una pareja que puede tener altas y bajas por sus puntos de vista e interacciones frente a las diferentes alternativas de la realidad.
A nuestro modo de ver, en los estudios sobre las relaciones entrenador deportista no son apreciadas como un grupo. Formado por dos personas y sin embargo lo son.
De este modo los resultados de las investigaciones de grupos resultan muy útiles para considerar los mediadores psicológicos que regulación la actividad de ambos. Incluso cuando el entrenador dirija un equipo de fútbol, baloncesto, voleibol, rugby, béisbol u otro deporte de equipo como el remo, hay momentos especiales en que el entrenador lleva a cabo actividades con un solo deportista, bien para entrevistarse, darle orientación, evaluar su rendimiento, regular su comportamiento, etc. Esos momentos deben ser observados como la actividad de un grupo y allí este presente la valoración de como funciona el grupo en esos casos, la calidad de la comunicación, la influencia y persuasión de la que hacen empleo cada uno.
Cuando un entrenador se reúne con más de un deportista sigue estando en un grupo en el cual se integra también aunque cambia el carácter de la relación de un grupo de dos personas. Las cualidades sistémicas de ese grupo mayor en cuanto a su tamaño estarán determinadas por la interacción de sus miembros. Por norma, cuando la actividad se realiza con todo el equipo las cualidades sistémicas del grupo como sistema se irán complicando en la medida que es mayor y se reflejaran en las relaciones y tanto el entrenador como el deportista que formaban un binomio modificaran sus comportamientos como consecuencia de la presencia de los miembros del equipo. Sigue siendo una relación de interdependencia, pero a la vez logran aparecer más resistencias por parte de algún deportista a no seguir las orientaciones del entrenador, la presencia de otros lideres, de conflictos y las evasivas de lo que se esta realizando o de igual forma más armonías y simpatías entre quienes lo conforman. Se dará un mayor grado de libertad para poder equilibrar las amenazas sobre los miembros y el equipo y se podrá amortiguar las tensiones y riesgos derivados de la actividad, se logra llegar a suavizar el grado de interdependencia con el entrenador por parte de los deportistas y se incrementa la misma entre los propios deportistas.
En esa integración de todo el equipo las cualidades de líder del entrenador son fundamentales para mantener la dirección del proceso de preparación deportiva y la búsqueda de los resultados deportivos.
Su posición de líder es vital.
Las normas, la dirección, contenido y frecuencia de la comunicación, los conflictos, los tipos de líderes, los mediadores que cohesionan el grupo o lo desestructuran, la presencia de subgrupos en el equipo, las relaciones afectivas entre los miembros se hacen evidente en toda la vida del equipo y de un modo u otro, también repercute en las relaciones de pareja entrenador deportista.
Hasta este punto asumimos la observación de la relación entrenador deportista dentro de los conocimientos que nos brinda la psicología social, en especial de los grupos.
Es común que los resultados de la psicología social cuando se trata de grupos las formas de intervención no consideren la dinámica de otros enfoques psicológicas que proviene de otras especialidades de la psicología como lo es la psicoterapia de grupo o las determinantes de las relaciones interpersonales desde la óptica de los supuestos del psicoanálisis y que considero de valor en el análisis e intervención en las relaciones entrenador deportista, por ejemplo el manejo de la transferencia que se establece en la relación entrenador deportista tiene especial significado para que gane en eficacia.
No voy a detenerme en lo que se alcanza a encontrar en numerosos materiales, sólo enfatizó que la transferencia que ocurre en el deportista y entrenador va a conllevar que las motivaciones inconscientes formen parte de los medidores de las relaciones entre ambos. Bien para que se desarrollen sentimientos positivos o negativos.
En especial, el entrenador debe estar consciente de este proceso para no perder objetividad y de igual forma en el caso del deportista para que no se cree expectativas que probablemente lleguen a ser contraproducentes.
Por eso, el necesario conocimiento y empleo de la contratransferencia, cuando resulte necesario.
Lograr que las relaciones entrenador deportista transiten por un escenario donde este presente la objetividad es fundamental para la regulación y control del proceso de la actividad desarrollada por ambos.
En sinopsis, se hacen tres acotaciones necesarias a la ayuda psicológica en la relación entrenador deportista.
Primero, la importancia de focalizar desde la óptica de las tendencias psicológicas encontradas en los estudios de grupos pequeños.
Segundo, el carácter transferencial de la relación.
Tercero, velar por la objetividad de la toma de decisiones y el manejo de los comportamientos de ambos actores.
Este post comencé a escribirlo atendiendo preguntas de un alumno y como salió de rápidamente lo circule entre algunos de mis amigos para que ellos lo criticaran con toda reciedumbre.
Mi amigo personal el Lic. Sergio Lauseker, de Paraguay me dice:… el material enviado nos sitúa exactamente en lo que se percibe día a día trabajando desde la psicología deportiva, yo le agregaría que esa interdependencia se da aún más fuerte porque «Justamente es el entrenador el que lo pone y lo quita del equipo al atleta, principalmente en caso de juegos o deportes colectivos».
Agregó: aunque el deportista también logra separar de su posición en la dirección de un equipo a un entrenador. Motivo, algún día para otro post.
Saludos. dr. Francisco Enrique García Ucha.