El incremento de las lesiones deportivas en la actualidad constituye uno de los problemas a los cuales se le brinda mayor atención por parte de los entrenadores, el personal médico y psicólogos vinculados al deporte de alto rendimiento debido a las frecuentes repercusiones psicológicas negativas que aparecen en los deportistas lesionados.
El hecho de que en el deporte parte de los récords se van aproximando a los límites humanos conlleva hoy a una mayor intensidad, volumen y frecuencia de las sesiones de entrenamiento. Por tanto, el control de las cargas aplicadas se torna sumamente significativo.
De ahí la importancia de la planificación adecuada de las cargas de entrenamiento y su aplicación en las sesiones de práctica, la calidad de la técnica, el correcto calentamiento, la óptima recuperación y el apoyo de ella por medio del control médico y psicológico, junto al uso de medios fisioterapéuticos preventivos.
Las lesiones pueden ocasionar la pérdida del grado de rendimiento y con reiteración resultan una de las causas de abandono del deporte. Cuando esto ocurre casi siempre influyen en la correcta adaptación a la vida social de aquellos que se ven obligados por su causa a renunciar.
La pérdida de la autoconfianza, el temor, el deterioro de las destrezas y hasta la posibilidad de nuevas lesiones pueden tener lugar después de un episodio traumático.
Por esta razón, se requiere de una atención especial a los programas sobre la prevención y rehabilitación de las lesiones.
Asimismo de una revisión constante de los conocimientos que surgen acerca de los aspectos psicológicos de las lesiones en deportistas, incluyendo las intervenciones psicológicas que se realizan tanto para garantizar su no ocurrencia como para la rehabilitación de quienes las padecen.
Esto debe abarcar la reflexión de las bases conceptuales sobre las que se sustentan la actuación de los especialistas y el análisis de casos.
Con frecuencia son tomadas como causa de lesiones el mal calentamiento, las cargas excesivas de entrenamiento, la nutrición insuficiente, la mala técnica, las malas condiciones del terreno, el calzado y ropas inadecuadas y los cambios climáticos.
Sin embargo, constantemente se toma conciencia de los factores psicológicos como mediadores de la aparición de lesiones.
Las principales causas de las lesiones por factores psicológicos radican en el estado de estrés como consecuencia de la competencia, el miedo al fracaso, el exceso de presión por obtener un resultado, la atmósfera y armonía en las relaciones entre los compañeros de equipo, las relaciones con el entrenador.
Es necesario considerar que en situaciones potencialmente estresantes, como las competencias o los entrenamientos de alta complejidad el deportista con elevado grado de estrés, determinadas características de personalidad y menor potencial de superación tendrá mayor probabilidad de presentar reducción de su campo visual, mayor nivel de distracción y tensión muscular, aumentando de esta manera el riesgo de lesionarse.
Algunos especialistas en el tema señalan que contrario a lo que pudiese esperarse no necesariamente el deportista más agresivo y más arriesgado es el que más se lesiona durante el entrenamiento o la competencia.
Elementos estresantes como desacuerdos familiares, discrepancias con los entrenadores, problemas con los amigos, y otros, asociados con la incapacidad e inhabilidad de su manejo, pueden predecir la incidencia de lesiones deportivas. Los entrenadores y la familia que en algunas ocasiones estimulan el ganar a toda costa y que fallan en proveer un soporte psicológico adecuado pueden incrementar las posibilidades de que los deportistas se lesionen.
Cuando el deportista se siente amenazado de no poder cumplir sus expectativas de alcanzar sus metas comenzará a atender más las señales amenazantes que las que están relacionadas con la tarea deportiva.
Ante estos problemas el deportista y el entrenador pueden contar con la colaboración de un psicólogo del deporte.
Este está capacitado para aportar diferentes estrategias y orientaciones psicológicas que preparen mentalmente para evitar el desencadenamiento de una lesión como consecuencia de un estado psicológico negativo.
El papel principal del psicológico consiste en desarrollar acciones que permitan al deportista la prevención de la lesión.
Se impone en esta actividad de preparación mental conocer qué tipo de estrategia emplea el deportista para enfrentar las diferentes situaciones negativas con las que se encuentra en la práctica deportiva, pudiendo de esta forma identificar cuáles son más adecuadas y cuáles menos.
Por ejemplo, algunos deportistas señalan que piensan que todo les va a salir mal para lograr llegar a no tener problemas, otros señalan que piensan de manera positiva.
En este caso está demostrado que un pensamiento productivo y optimista frente a las diferentes exigencias de las actividades resulta una ventaja para lograr los propósitos trazados en entrenamientos y competencias.
Se impone entonces regular el grado de intensidad de los motivos, estableciendo metas realistas acordes al potencial y recursos de los deportistas, el incremento de la autoconfianza y entrenándolo psicológicamente para la regulación de sus estados emocionales negativos por medio de la relajación y la dirección del pensamiento.
O sea, focalizando la atención en las tareas deportivas.
Por otra parte, el desarrollo de un clima de trabajo deportivo abierto que brinde la posibilidad al deportista de hablar francamente sobre sus preocupaciones y temores facilita el amortiguamiento de las tensiones.
Otras acciones dirigidas a la prevención de las lesiones del deportista abarcan establecer actividades con entrenadores y familiares tendientes a sensibilizar a los mismos.
Este tema pretende llamar la atención sobre la necesidad del desarrollo del trabajo futuro que vaya afinando cada vez más la construcción de cada intervención tendiente a asegurar acciones de prevención relativas a los riesgos de lesiones en deportistas.
Este tema pretende llamar la atención sobre la necesidad del desarrollo del trabajo futuro que vaya afinando cada vez más la construcción de cada intervención tendiente a asegurar acciones de prevención relativas a los riesgos de lesiones en deportistas.
Saludos
Dr. Francisco Enrique García Ucha